Cintu Construcciones soluciona los problemas de filtraciones de un edificio en calle Magallanes
La continua exposición a las inclemencias meteorológicas produce el envejecimiento natural de todos los elementos constructivos expuestos a la intemperie. Una revisión periódica, acompañada de un plan de mantenimiento que nos ayude a prolongar la vida útil de fachadas y cubiertas, puede convertirse en nuestro mejor aliado para evitar hacer frente grandes rehabilitaciones. En Cintu Construcciones acompañamos todas nuestras actuaciones con una serie de consejos prácticos que ayudan a nuestros clientes a preservar en el mejor estado posible elementos críticos para su bienestar como son los tejados.
Sin ir más lejos, una inspección detallada de este inmueble ubicado en la calle Magallanes de Santander habría ayudado a poner remedio a los graves problemas provocados en el edificio por unas filtraciones de agua procedentes de la cubierta. Una situación que afectaba especialmente a los áticos de la comunidad y a otros elementos como la fachada o las rejas ornamentales de las ventanas.
Para acometer la rehabilitación integral cubierta y fachadas, trabajamos bajo la dirección de obra del arquitecto técnico Ricardo Sanz Crespo, de la empresa Garsan. La demolición de la cubierta de teja se completó con la sustitución de algunos elementos estructurales de madera que estaban en mal estado. Así, intervinimos tanto en los aleros de las fachadas principal y posterior como en los aleros de los casetones.
Igualmente, cuando comenzamos con las primeras tareas de la obra, detectamos multitud de grietas en los aleros laterales de las cubiertas. Estos elementos, fabricados en rasilla cerámica y hormigón, tenían las armaduras de acero oxidadas, las rasillas rotas y el hormigón agrietado. Es decir, suponían un peligro de desprendimiento notable. Ante tal circunstancia, la dirección de la obra decidió su retirada completa y la ejecución de nuevos aleros con estructura (viguetas) y revestimiento (tarima) de madera.
Una vez demolidos todos los elementos en mal estado, instalamos la nueva cubierta. Para ello, optamos por un tablero de aglomerado hidrófugo como soporte sobre el que pusimos aislante térmico XPS, Onduline bajo teja como impermeabilizantes y una teja cerámica mixta, también de carácter hidrófugo. La colocación de limas y canalones de zinc para facilitar la recogida de aguas dejó la cubierta lista para acometer la reparación de las chimeneas y los aleros de madera en mal estado. Con la renovación de las claraboyas comunitarias y particulares dejamos como nuevo ese tejado.
Durante la ejecución de la obra, comprobamos que algunos techos interiores de los áticos se encontraban en buen estado y no necesitan reforma. En ese sentido, propusimos a la comunidad invertir el importe de dichos trabajos en otras actividades necesarias para que la obra fuese más duradera. De este modo, instalamos piezas de zinc triangulares en los laterales de los casetones de cubierta para mejor su resistencia al agua. También nos ocupamos de reparar desperfectos en otras fachadas ajenas al proyecto y reparamos las paredes en mal estado de algunas estancias del interior de viviendas.
Con la cubierta actualizada, concentramos nuestro trabajo en rehabilitar dos de sus fachadas. El proceso consistió en demoler las zonas de revestimiento en mal estado hasta alcanzar el ladrillo; aplicar mortero de cemento hidrófugo; sellar las carpinterías exteriores; lijar el óxido de las rejas ornamentales y aplicar pinturas protectoras; y rematar la fachada con una pintura de exteriores impermeable y transpirable.
La pintura de las zonas interiores fue la guinda para un trabajo en el que colaboramos con otras muchas empresas. Así, los elementos de madera para cubierta nos los suministró Maderas Álvarez; los materiales de obra, Almacenes Lavín; el transporte de contenedores de residuos lo realizó Arruti, mientras que la gestión de residuos en el vertedero lo hizo Valoria. Por último, los andamios y montacargas los montó Canalsa y la pintura nos la suministró Riposant.
