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La fibra de vidrio con cables de acero revoluciona la reparación de estructuras de hormigón armado

El hormigón es uno de los materiales más comunes en cualquier proyecto de construcción. Se trata de un elemento altamente duradero, sólido y con buena reacción ante la propagación de posibles incendios. Además es un material económico.


Todas esas ventajas, sobre todo las relacionadas con su durabilidad, han contribuido a expandir la falsa creencia de que estamos ante un material prácticamente eterno. De esos que duran toda la vida. Sin embargo, la exposición a la intemperie puede generar importantes procesos de degradación que hacen necesaria cierta vigilancia y mantenimiento.


Estado inicial de la viga

De lo contrario puede ocurrir algo similar a lo que nos encontramos al comenzar los trabajos para rehabilitar unas vigas de hormigón armado situadas en el patio interior de una comunidad de vecinos. Al comenzar a picar las vigas, nuestros operarios se dieron cuenta de que una de ellas estaba fracturada por la mitad. El daño había afectado también a las armaduras transversales o estribos, que estaban completamente desintegradas.

Ante esta circunstancia, el equipo técnico de Cintu Construcciones optó por una solución innovadora. Quizá, lo más común hubiese sido aplicar un mortero reparador como paso previo a la instalación de un encamisado o revestimiento de chapa para incrementar la resistencia de la estructura. Sin embargo, esta alternativa provocaría notables diferencias estéticas respecto al resto de vigas del edificio.

Así, para tratar de aplicar una solución lo más satisfactoria posible para nuestros clientes, optamos por hacer un refuerzo con fibra de vidrio con micro-cables de acero galvanizado. En este caso, optamos por GeoSteel G600, de la firma KeraKoll, suministrado por Almacenes Lavín. Este tejido de refuerzo estructural resulta muy manejable, al tiempo que proporciona la resistencia necesaria para la mejora y la adaptación sísmica en la realización de sistemas de conexión. Se trata de un material que ofrece un rendimiento superior a los tradicionales tejidos de fibra de carbono-vidrio-aramida.


La fibra empleada es como una malla reforzada con micro-cables de acero galvanizado, que se embebe en toda la parte inferior de la viga. Para su instalación empleamos un mortero reparador de estructuras “Geolite10” que funciona como adhesivo. Es un mortero mineral eco-compatible, de uso profesional y fraguado rápido, que está elaborado a base del exclusivo geoligante de Kerakoll.

Para obtener el resultado deseado, lo aplicamos en dos capas. La primera capa, más fina, va directamente sobre la zona picada en el inferior de la viga. A continuación, colocamos la fibra de vidrio con micro-cables y, una vez adherida, se vuelve a aplicar Geolite10 encima, quedando la superficie totalmente lisa. Igualmente, dejamos unas pequeñas maestras de mortero en ambos lados de la viga para embutir el material en el centro la malla.

El resultado es una actuación práctica y estética, ya que la viga una vez terminada tiene el mismo aspecto que cualquier otra viga en buen estado. Es decir, a simple vista no se observa ningún tipo de refuerzo exterior ni se aprecia ninguna diferencia entre todas las vigas del edificio.







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